20.6.07

La gran paradoja

Considerando la historia de la humanidad, se hace evidente la gran paradoja de nuestro tiempo:
que tengamos edificios más altos pero el espíritu tan bajo;
autopistas más anchas, pero puntos de vista tan estrechos.
Gastamos más, pero tenemos menos.
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas;
más comodidades, pero menos tiempo.
Tenemos más diplomas, pero menos sabiduría;
más conocimientos, pero menos criterio;
más expertos y, sin embargo, más problemas;
más medicina, pero menos salud.
Nos acostamos muy tarde, nos levantamos muy cansados,
leemos poco, vemos demasiada TV....
Hemos multiplicado nuestro patrimonio, pero reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos muy poco y odiamos con demasiada frecuencia.
Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el interior.
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestiones lentas,
de grandes hombres y personalidades pequeñas;
de altos dividendos pero relaciones superficiales.
Tiempos de dos sueldos pero más divorcios;
lujosas casas pero hogares con grietas.

Debes pasar más tiempo con los que quieres, porque no estarán a nuestro alcance siempre. Y debemos acordarnos de decirle algo cariñoso a quien te observa con admiración, porque esa personita crecerá y se alejará de nuestro lado.
Debemos darle un abrazo al que tenemos cerca, porque es lo único valioso que puedes ofrecerle.






Y, finalmente, acordarnos siempre que la vida no se mide por la cantidad de veces que respiras, sino por los momentos que nos quitan la respiración.





1 comentario:

Anónimo dijo...

quien dice un abrazo, dice un hostión, no?? jaja


te pega un jetazo en to tu cabeza, tu marxu xD!!